En La palabra reveladora, Charles Fillmore explica que la quietud es un “estado mental de paz, descanso y tranquilidad infinitos donde los sentidos del hombre se acallan”. El Cristo en mí es la mayor fuente de paz interna. Cuando hago una pausa para comulgar con Dios, las preocupaciones se disipan y las tensiones desaparecen.
Al aquietarme, haciendo que mi mente se sosiegue y mi cuerpo descanse, permito que la paz tenga la oportunidad de establecerse a mi alrededor. Una seguridad llena de calma me envuelve.
Encuentro verdadera paz cuando me dirijo a mi interior. Allí, en la quietud del Espíritu divino, entro en el Silencio y descanso en la presencia del amor profundo.
Texto devocional:
Y el Señor le dijo: “Mi presencia irá contigo, y te haré descansar”.—Éxodo 33:14
Fuente: Silent Unity